Sin ninguna duda esta boda sería diferente desde el primer momento que los novios me confirmaron que yo sería la persona encargada de inmortalizar su gran día.

Para mí era  todo un reto ponerme al frente de este trabajo pero en cuanto realicé la primera fotografía descubrí que sería muy fácil y gracias, sobre todo a los novios y su familia.

Me di cuenta que no era diferente esta boda porque Javi, el novio, fuera invidente,  ni que sucediera en un pueblo que no conocía de Córdoba, sino que era especial porque me depositaron toda su confianza para que captara todos los momentos que iban aconteciendo ese día.

Una pareja que derrochaba amor por cada rinconcito que paseábamos, y una gran complicidad entre ellos, que nunca había visto. Una demostración más de que el amor todo lo puede, y que deseando algo con el corazón todo es posible.

Por supuesto también hubo momentos para las risas y diversión y disfrutamos con los novios y todos los invitados.

Gracias Javi y Antonieta por hacerme partícipe de vuestro enlace y os deseo toda la felicidad posible que seguro conseguiréis porque sois unas bellísimas personas.