Fotografiar a un bebé siempre resulta complejo, son pequeños y no entienden, sin embargo, con Natalia fue sencillo, ella miraba a la cámara y se portó muy bien. la cambiamos de ropa varias veces y no protestaba, su sonrisa es maravillosa y sus ojos captaban toda la luz de la habitación.
Un trabajo maravilloso por el que me siento realizada, poder capturar la inocencia y felicidad de esta niña que tiene la suerte de tener una familia que la adora; y aún queda el día de su Bautizo, para el que los padres vuelven a confiar en mi.
Gracias y enhorabuena por vuestra hija.