Hacer una sesión de embarazada siempre es especial y mágica, que una mujer confie en mi para inmortalizar un recuerdo que tendrá su vida es algo indescriptible.
Cuando Elena me llamó para contratarme me hizo ilusión, quería un reportaje de fotos en el estudio y al estar ya de 35 semanas sería lo más cómodo para ella. Así que tanto ella como su pareja, Manuel, disfrutamos del trabajo.
Ellos al principio estaban un poco intimidados pero se fueron soltando, Elena iba transmitiéndome todo ese sentimiento de su ilusión por su hija y el amor que se sienten el uno por el otro facilitó la sesión, y lo pasaron de lujo. Así da gusto trabajar.
Espero que disfruteis con las fotos